Estamos ante la ‘puerta principal’ de Finca La Desa cuyo interior lo presiden tres arcos que invitan a relajarte y dejarte llevar por nuestros diferentes equipos de profesionales.
Un espacio en el que desearás permanecer durante horas al poder exprimir cada uno de sus rincones. Desde su larga barra, -de esas que nos gustan a los amantes ‘del comer’- donde encontrarás una oferta desenfadada y divertida; hasta la zona de restaurante, en el que podrás disfrutar alrededor de una mesa de una carta pensada para compartir y probar los productos elaborados a la brasa.
Nuestro sumiller y jefe de sala cuenta con una bodega de 30 m2, donde ‘duermen’ vinos nacionales e internacionales con un denominador común: son el resultado de una búsqueda basada en la excelencia y en la que priman vinos singulares y de pequeños productores.
Una bodega que mira, entre otras Denominaciones de Origen, al marco de Jerez y al marco cordobés de Montilla Moriles donde somos especialistas, además de amantes.
Un rincón vitivinícola donde también tendrán cabida esos vinos de carácter, con cuerpo, que hacen referencia a grandes Riberas o Riojas. Sin olvidarnos de que nuestro sumiller realizará sus propias guardas, envejeciendo aquellos vinos que se presten a ello.
Contamos con varios equipos formados por profesionales especializados en cada una de las áreas que componen Finca La Desa.
Somos un grupo de trabajadores jóvenes, entusiastas, procedentes del sector de la hostelería y el turismo, que está dispuesto a dar lo mejor de sí mismo para que el cliente, no solo se vaya satisfecho, sino que vuelva a visitarnos.